¿QUÉ ES UNA DEHESA?
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¿Por qué se caracteriza la dehesa?
Cuando hablamos de una dehesa nos referimos a un ecosistema artificial que ha sido creado y fomentado por el ser humano. Es un bosque cubierto de encinas, alcornoques, quejigos, además de de fresnos, jaras o retamas. Se usa generalmente para la ganadería extensiva, fomenta el uso de los recursos naturales y logra un equilibrio perfecto entre producción y sostenibilidad.
Al ser un bosque artificial, requiere de muchos cuidados pero es un claro ejemplo de como se puede adaptar un terreno donde no se pueden introducir nuevos cultivos para obtener recursos al mismo tiempo que se cuida la naturaleza y la biodiversidad que caracteriza a estas zonas boscosas.
En España hay entre 3,5 y 5 millones de hectáreas de dehesas y se encuentran principalmente en Extremadura, Andalucía, Castilla y león, Castilla la Mancha y Madrid. También en Portugal se puede ver este tipo de bosque, llegando a alcanzar el 1,5 millones de hectáreas en el territorio luso.
Su importancia ecológica
Las dehesas son zonas muy ricas en flora y fauna, pero debe prestarse atención a su composición. Los árboles, que provienen de la familia quercus, deben tener el espacio suficiente para crecer fuertes y frondosos. De esta manera, también los animales podrán disfrutar más del espacio.
Este tipo de bosques regulan los ciclos del agua y la fertilidad de la tierra, son el hogar de más de 20 especies de mamíferos y de 60 tipos de ave y son esenciales en la lucha contra el cambio climático.
Beneficios que nos aporta
En un mundo cada vez más rápido y automatizado, en el que se prioriza la super producción por encima del bienestar animal, del medio ambiente y de la calidad, consumir productos de animales criados en libertad en las dehesas se ha convertido en un acto casi de rebeldía.
Las dehesas aportan numerosos beneficios a las personas que viven de ellas. No solo es un lugar espacioso y natural para los animales, si no que ofrece importantes recursos como el corcho, la leña que se consigue mediante las podas o la producción de miel. Procesos que llevan tiempo, en el caso del corcho se tarda hasta 50 años en lograr que la corteza del alcornoque esté en las mejores condiciones, pero que son respetuosos con el medio ambiente y destacan por su gran calidad.
La dehesa en el mundo ibérico
La dehesa se ha convertido en un sistema prioritario para la ganadería extensiva ovina, caprina, bovina y porcina ibérica. Los quercus que pueblan la dehesa son los que producen las bellotas de las que se alimentan los cerdos ibéricos durante la montanera y que constituyen la base principal de su alimentación, siendo ésta el factor determinante de la calidad final de nuestros productos.
El cerdo ibérico, especialmente el de raza pura, es un animal completamente adaptado a la dehesa, de la que recibe la mejor alimentación y en donde puede sobrevivir sin intervención del ser humano, quién únicamente debe mantener el territorio en buenas condiciones. Durante su estancia en las dehesas, los animales disfrutan en total libertad del sol y del aire libre, disponiendo de grandes espacios por los que moverse sin cercas ni barreras de ningún tipo.
Don Ibérico y la dehesa
En Don Ibérico tenemos nuestra propia cabaña de cerdos ibéricos criados en libertad en las dehesas de Castilla y León y Extremadura. Nuestro cuidado y seguimiento de los animales nos permiten mantener la alta calidad en todos nuestros productos, que destacan por sus características sensoriales únicas.
Debido a las grandes extensiones de las dehesas, nuestros cerdos se ven obligados a moverse constantemente para buscar alimento y agua. Este movimiento favorece la infiltración de la grasa en los músculos y es responsable del sabor y jugosidad de nuestros productos.
Aunque en una primera fase, los cerdos de Don Ibérico se alimentan de hierba, espigas y semillas es durante la montanera cuando, a través de la ingesta de las bellotas, el cerdo consigue ese aroma y sabor tan delicado y especial que caracteriza a los productos ibéricos.